Natalia, obsesión por los clientes satisfechos

Decía George Orwell que el periodismo es publicar aquello que alguien no quiere que se publique y que todo lo demás son relaciones públicas.

Estudié periodismo por vocación, para contribuir a mantener inquieto al poder, pero sobre todo para poder contar honestamente historias reales, porque tengo la curiosidad necesaria y me encanta jugar a encontrar palabras donde parece que no las hay. Luego estudié Publicidad y Relaciones Públicas porque descubrí que los anuncios en un periódico te dan más información sobre lo que está sucediendo que las noticias mismas.

Me di cuenta de que esa misma curiosidad y dominio de las palabras servía también para construir percepciones y hacer vivir experiencias. Crear otras historias que se alejan de lo real y que están cargadas de imaginación, de subjetividad, de atrevimiento, de originalidad, de diversión,… Últimamente me he dedicado a aprender y a experimentar con las herramientas y estrategias que comunican y aportan valor a las empresas. Busco fórmulas para conectar marcas con personas a través de las emociones.

Ya se sabe que si uno quiere llegar lejos en cualquier propósito debe ir acompañado. Por eso siempre trato de rodearme de los mejores. Tan pronto he llegado a Alola no sólo me he dado cuenta de que es verdad que #alolanopara sino que además tengo la impresión de que se mueven cada vez más rápido.

En Alola estaré en contacto directo con los clientes para descubrir qué es lo que necesitan para que podamos trabajar juntos. Cada empresa es un mundo y a mí me toca averiguar cómo podemos ayudar a cada una de ellas orientándolas en sus estrategias y acciones de marketing tanto online como offline con el único fin de que obtengan resultados. Mi gran obsesión será tener clientes satisfechos.