4 normas del Storytelling en Marketing

28/03/2017 - 4 Minutos de lectura

El Storytelling no es nuevo, puede que lo sea (relativamente) en el marketing online, pero en el offline se usa desde hace muchos años. Los libros llevan miles de años en nuestras vidas, el cine un centenar, las series medio siglo y los videojuegos unas décadas, ¿qué tienen todas estas cosas en común? Que nos cuentan una historia, una que puede tener una moraleja, que pretende enseñarnos algo o simplemente convencernos de la importancia de una guerra o del rey de turno. Incluso antes de la palabra escrita, el ser humano siempre ha contado cuentos, leyendas, tradiciones… Sirven para emocionarnos, enfurecernos, darnos fuerzas, intrigarnos, asustarnos… Eso es el Storytelling, contar una historia de manera que pase más allá de la razón, dirigiéndose al ámbito de los sentimientos, de la empatía, en definitiva, del corazón.

La publicidad siempre ha tratado de contar una historia (cómo es un producto, una empresa) pero ahora lo hace de otra manera, si antes el protagonista era la marca, ahora lo son las personas. La estrella puede seguir siendo tu producto, pero necesitas humanizarlo. Para ello necesitas dotarlo de un objetivo común con tus clientes, el personaje, puede crecer, evolucionar, siempre y cuando tus seguidores puedan hacerlo con él. La identificación con la historia, con el protagonista equivaldrá a la identificación con tu producto o tu marca.

https://www.youtube.com/watch?v=1TgSW9EjnqE

Como decíamos antes, las historias tienen que ir directas al corazón, no estamos hablando de hacer llorar, estamos hablando de hacer sentir. Es posible que para eso tengas que ir más allá. Si tu marca lo permite darle un enfoque social, colaborar con una ONG, identificarte con una necesidad que tengan tus usuarios, pero siempre de manera honesta, si es una estrategia deshonesta tu público lo sabrá y puede ser contraproducente. A veces es tan fácil como que si vendes una serie de valores, no los rompas en tu día a día. Si tienes la oportunidad de demostrar que tus creencias son intrínsecas y no puramente mercantilistas, habrás creado una imagen de marca muy difícil de romper.

Es importante que no pretendamos introducir demasiados elementos en nuestra historia. Debemos elegir un tema, unas ideas y desarrollarlas. El hecho de pretender inundar de temas al espectador/cliente es muy jugoso, especialmente si nuestra marca o compañía no hace una sola cosa, pero debemos evitarlo. ¿Qué quieres contar en ese momento, por qué, a qué emoción apelar? Todas esas preguntas deberían responderse en singular.

Si tu público es muy amplio, si no tienes un target muy definido, ten cuidado con pasarte. Es posible que lo que un grupo de población encuentra conmovedor para otro sea manipulador y tú tienes que conseguir llegar a todos. Si alienas a una parte puede costarte volver a atraerlos porque te analizarán con la razón y no con los sentimientos.

https://youtu.be/hknVVMfMzPo

No tiene que ser larguísimo, ni muy explicativo, ni siquiera con nuestra marca en pantalla todo el tiempo. Un Storytelling bien hecho, sabedor de su público, bien enfocado, bien contado, que sepa captar la atención y con nuestra marca bien situada, puede ser fascinante, para ti y para tus clientes, al fin y al cabo, las grandes historias lo son.